Entre la múltiples posibilidades del marketing existe una cuyas acciones la hacen muy impactante. Es el llamado marketing de guerrilla. Este consiste en un conjunto de técnicas publicitarias destinadas a conseguir la máxima difusión.
L a creatividad es uno de los factores más importantes a la hora de crear una campaña de marketing de guerrilla. Hay que sorprender al público para lograr una considerable impresión y conseguir que el propio consumidor propague, a su vez, el mensaje. Las campañas se llevan a cabo en lugares públicos para llegar a la mayor audiencia posible, ya sean calles, conciertos, parques públicos, eventos deportivos, festivales, playas o centros comerciales.
El marketing de guerrilla también trata de impactar al potencial consumidor a un nivel más personal, emocional y memorable. Intentan remover emociones que influyen mucho en las decisiones de compra.
El estímulo de los sentidos es otro de los factores que pueden marcar el éxito de estas campañas.
Objetivos del marketing de guerrilla
Uno de los principales objetivos de estas campañas es incitar a que sean los propios usuarios y los medios los que le den repercusión en todos los ámbitos.
Aunque cuando se creó el concepto de marketing de guerrilla no existían las redes sociales, hoy en día estas mismas facilitan el trabajo de rebote de las campañas. De hecho, se han convertido en parte fundamental de su éxito.
Si la campaña consigue que el público se haga eco de ella en redes, tiene grandes posibilidades de hacerse viral y que el mensaje llegue a mucha más gente. De esta manera, la acción puede convertirse en algo memorable y largamente recordado, incluso convertirse en cultura pop. Esta repercusión no tiene coste alguno para la empresa anunciadora y pude llegar a compensar la inversión realizada en la acción.
En definitiva, si las campañas de marketing de guerrilla funcionan, consiguen aportar credibilidad a las marcas y ayudan a consolidarla.
